Artritis Reactiva
¿Qué es artritis reactiva?
Artritis reactiva es un tipo de artritis que se produce como forma de reacción a una infección en alguna parte del cuerpo. La mayoría de las infecciones que producen la enfermedad se originan en el tracto genitourinario (la vejiga, la uretra, el pene o la vagina), y son propagadas mediante las relaciones sexuales, una forma de la enfermedad llamado síndrome genitourinario o síndrome urogenital. Otras infecciones que pueden causar artritis reactiva son las infecciones gastrointestinales, debidas al consumo de alimentos contaminados o al manejo de sustancias contaminadas, en este caso la enfermedad recibe el nombre de síndrome gastrointestinal o síndrome entérico.
¿A quién afecta la artritis reactiva?
La artritis reactiva se caracteriza por la inflamación de las articulaciones y afecta principalmente a los varones jóvenes entre 20 y 40 años de edad. Aunque los investigadores no están seguros de por qué algunas personas desarrollan artritis reactiva como respuesta a ciertas infecciones, se cree que un factor genético (la presencia del gen HLA-B27) puede aumentar el riesgo.
¿Qué causa la artritis reactiva?
La artritis reactiva generalmente va precedida de una infección producida por bacterias, como la Chlamydia trachomatis (una enfermedad de transmisión sexual) o salmonella (una bacteria que puede contaminar los alimentos). Es importante destacar que la artritis reactiva en sí no es contagiosa, sino, la bacteria que la produce. Como 80 por ciento de las personas con tendencia a desarrollar esta enfermedad poseen un marcador genético especial denominado HLA-B27.
¿Cuáles son los síntomas de la artritis reactiva?
La artritis reactiva puede producir síntomas de artritis tales como inflamación y dolor de la articulación, al igual los síntomas del tracto urinario y conjuntivitis (infección del ojo). A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la artritis reactiva. Cualquier de estos síntomas pueden ocurrir solos, juntos, o no se ocurre. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
Síntomas de artritis
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Dolor e inflamación articular que frecuentemente afecta a las rodillas, los pies y los tobillos.
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Inflamación del tendón que conectado al hueso (llamada entesopatía), que puede provocar dolor en el talón o el acortamiento y engrosamiento de los dedos de las manos.
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Espolones calcáneos, que son crecimientos de los huesos en el talón que pueden producir dolor crónico.
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Espondilitis (inflamación de la columna vertebral).
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Sacroileitis (inflamación de las articulaciones de la parte baja de la espalda).
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Síntomas del tracto urinario
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Hombres:
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Aumento de la cantidad de orina.
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Ardor al orinar.
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Flujo o supuración del pene.
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Inflamación de la próstata (prostatitis).
Mujeres:
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Inflamación del cérvix.
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Inflamación de la uretra, que provoca ardor al orinar.
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Inflamación de las trompas de Falopio (salpingitis).
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Inflamación de la vulva y la vagina (vulvovaginitis).
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Síntomas oculares
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Ojos enrojecidos.
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Ojos doloridos e irritados.
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Visión borrosa.
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Inflamación de la membrana mucosa que recubre el globo ocular y el párpado (conjuntivitis).
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Inflamación del interior del ojo (uveítis).
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Los síntomas de la artritis reactiva pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la artritis reactiva?
El diagnóstico de la artritis reactiva puede resultar difícil, ya que no existen exámenes de laboratorio específicos para confirmarlo. Sin embargo, el diagnóstico puede confirmarse basándose en la historia médica y en los síntomas que le describe el paciente. Ciertas pruebas de sangre pueden ser realizadas para descartar otras enfermedades, como la artritis reumatoide y el lupus. Otros exámenes de diagnóstico puede incluir:
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Velocidad de Sedimentación Globular (VSG) (su sigla en inglés es ESR). Medición de la rapidez con la que los glóbulos rojos caen hacia el fondo de un tubo de ensayo. Cuando existen hinchazón e inflamación, las proteínas de la sangre se agrupan y pesan más de lo normal. Por eso, al medirles, caen y se posan más rápido en el fondo del tubo de ensayo. Generalmente, cuanto más rápido se depositan las células de la sangre más grave es la inflamación. (Las personas que padecen artritis reactiva suelen tener el ESR elevado.)
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Exámenes para detectar ciertas infecciones que se asocian con frecuencia a la artritis reactiva, incluyendo exámenes para detectar Clamidia.
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Aspiración articular. Mediante esta prueba se obtiene una muestra de liquido synovial de la articulación para examinarlo mediante la inserción de una aguja hueca adentro de la articulación y sacando el liquido con una jeringa.
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Pruebas de orina y de heces.
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Rayos X (en busca de espondilitis, sacroileitis, hinchazón o daño de las articulaciones). Una prueba diagnostica que usa rayos electronicos invisibles de energía para producir imagines de los tejidos intérnales, huesos, y órganos sobre una placa para comprobar si hay spondilitis, sacroilitis, inflamación, o daños a la articulación.
Tratamiento de la artritis reactiva
El tratamiento específico para la artritis reactiva será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
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Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
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Que tan avanzada está la condición.
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Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
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Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
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Su opinión o preferencia.
El tratamiento generalmente se incluyen antibióticos para tratar la infección causante de los síntomas de la artritis reactiva. Además, el tratamiento puede incluir:
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Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos.
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Corticoesteroides para reducir la inflamación.
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Medicamentos inmunodepresores como metotrexato para reprimir la inflamación.
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Reposo para disminuir el dolor y la inflamación.
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Ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar el funcionamiento de las articulaciones.