Quistes epidermoides de la piel
¿Qué son los quistes epidermoides?
Normalmente, los quistes epidermoides son bultos inofensivos que crecen lentamente debajo de la piel. Suelen aparecer en las zonas con más pelo, como el cuero cabelludo, la cara, el tronco, la parte superior de la espalda o la zona inguinal. El tamaño de estos quistes puede variar desde 1.3 cm (½ pulgada) hasta varios centímetros de ancho. Algunos pueden tener un poro agrandado en el centro. Son el tipo más común de quiste de la piel (cutáneo).
En ocasiones, se conoce a los quistes epidermoides como quistes epidérmicos. A veces se denominan de forma incorrecta quistes sebáceos. Sin embargo, un quiste sebáceo es diferente de un quiste epidermoide. También es menos frecuente. Los verdaderos quistes sebáceos se forman en las glándulas sebáceas. Estas son glándulas secretoras de aceite que se encuentran en la piel y producen (segregan) una sustancia grasosa llamada sebo. El sebo lubrica la piel para mantenerla sana.
Los quistes epidermoides pueden mantenerse estables. O crecer de forma constante. A veces se inflaman, se enrojecen, causan dolor o repentinamente se abren (se rompen). Lo que conlleva el riesgo de que se infecten.
¿Cuáles son las causas de los quistes epidermoides?
La piel tiene varias capas. La fina capa externa protectora se llama epidermis. Las células que forman la capa más externa se desprenden lentamente y son reemplazadas a medida que células más nuevas se desplazan hacia la superficie de la piel.
La mayoría de los quistes epidermoides se originan cuando las células de la piel (epidérmicas) se mueven debajo de su superficie o quedan cubiertas por esta en lugar de desprenderse. Estas células siguen multiplicándose, como lo hace la piel normalmente. Entonces forman una pared alrededor de ellas mismas (quiste) y segregan líquidos normales de la piel (queratina). La queratina es una sustancia espesa de color amarillo que puede salir del quiste. Esto puede ocurrir en el desarrollo. Pero a menudo se debe a una lesión en la piel.
Los quistes epidermoides suelen encontrarse alrededor de los folículos pilosos. Estos folículos son como quistes, pero tienen orificios. A través de estos salen aceites lubricantes normales para el cabello. Cuando un orificio se obstruye o la zona se inflama, se forma un quiste. Generalmente, esto sucede cuando una raspadura o una herida daña los folículos pilosos.
¿Cuáles son los síntomas de los quistes epidermoides?
Los síntomas de un quiste epidermoide pueden incluir lo siguiente:
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Puede sentir un bulto justo debajo de la piel
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Puede ser doloroso
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El quiste puede tener mal olor
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El quiste puede inflamarse o tomar un color rojizo
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El quiste puede perder líquido o un material espeso
Los síntomas de los quistes epidermoides pueden parecerse a los de otras afecciones de la piel. Consulte siempre con el proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostican los quistes epidermoides?
Por lo general, un proveedor de atención médica puede diagnosticar un quiste epidermoide al examinarlo. Puede tomarse una muestra de tejido y analizarse con un microscopio.
¿Cómo se tratan los quistes epidermoides?
Los quistes epidermoides generalmente desaparecen sin tratamiento. Si el quiste se drena solo, es posible que vuelva a formarse. La mayoría de los quistes no causan problemas ni requieren tratamiento. Pero si un quiste lo preocupa por cualquier motivo, consulte al proveedor de atención médica. Para tratar los quistes epidermoides, puede hacerse una cirugía sencilla (escisión) en la que se extirpa el quiste y la pared a su alrededor.
Se pueden inyectar esteroides en un quiste epidermoide inflamado. Esto puede reducir la inflamación y puede que no sea necesario drenar el quiste.
Puede que haya que cortar y drenar el quiste inflamado. Para hacerlo, el proveedor de atención médica hace una perforación en la parte superior y extrae el contenido. Los quistes grandes pueden volver a formarse después de este procedimiento y tal vez haya que extirparlos quirúrgicamente. Si un quiste se inflama, se vuelve sensible a la palpación, se agranda o se infecta, el tratamiento puede incluir antibióticos y luego cirugía.
¿Cuáles son las complicaciones posibles de los quistes epidermoides?
Los quistes grandes pueden ser molestos o dolorosos si presionan la piel circundante. También pueden ser antiestéticos.
Los quistes inflamados pueden infectarse. Esta infección puede extenderse a los tejidos circundantes o, en casos extremos, al torrente sanguíneo.
Incluso después de la cirugía, si un quiste se extirpa de forma incompleta, puede volver a crecer.
¿Se pueden prevenir los quistes epidermoides?
No se conoce una forma de prevenir los quistes epidermoides. Pero puede prevenir una posible infección y la formación de cicatrices si evita apretar o reventar el quiste, clavarle una aguja o cortarlo. Esto generalmente causa una infección y deja cicatrices. Si el quiste se inflama demasiado o está muy infectado, busque atención médica.
¿Cuándo debo llamar al proveedor de atención médica?
Llame al proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de los siguientes signos o síntomas:
Información importante sobre los quistes epidermoides
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Normalmente, los quistes epidermoides son bultos inofensivos que crecen lentamente debajo de la piel.
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Suelen aparecer en las zonas con más pelo, como el cuero cabelludo, la cara, el tronco, la parte superior de la espalda o la zona de la ingle.
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Los quistes epidermoides generalmente desaparecen sin tratamiento. Si el quiste se drena solo, es posible que vuelva a formarse.
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La mayoría de los quistes no causan problemas ni requieren tratamiento. Generalmente no son dolorosos, a menos que se inflamen o se infecten.
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Si un quiste lo preocupa por cualquier motivo, consulte al proveedor de atención médica. Es posible extirparlo por medio de una cirugía sencilla.
Próximos pasos
Consejos para aprovechar al máximo la visita con el proveedor de atención médica:
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Tenga en claro la razón de la cita médica y qué quiere que suceda.
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Antes de la consulta, anote las preguntas que quiere hacer.
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Lleve a un acompañante para que lo ayude a formular las preguntas y a recordar qué le dice el proveedor.
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En la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico nuevo y de las pruebas, los medicamentos o los tratamientos nuevos. También anote las instrucciones nuevas que el proveedor le dé.
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Sepa por qué se receta un tratamiento o un medicamento, y cómo lo ayudará. Conozca los efectos secundarios.
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Pregunte si la afección se puede tratar de otra forma.
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Sepa por qué se recomienda una prueba o un procedimiento y qué podrían significar los resultados.
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Sepa qué esperar si no usa el medicamento o no se hace la prueba o el procedimiento.
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Si tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
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Sepa cómo comunicarse con el proveedor si tiene preguntas.