Claudicación
¿Qué es la claudicación?
El término claudicación hace referencia a la renguera producida por el dolor en el muslo, la pantorrilla y a los glúteos que se siente al caminar. La claudicación puede ser un síntoma de la enfermedad arterial periférica (PAD). La PAD se origina por un adelgazamiento o una obstrucción de las arterias de las piernas o la aorta (la arteria más grande del cuerpo y el vaso sanguíneo principal que se dirige desde el corazón hacia el cuerpo), que puede disminuir el flujo sanguíneo hacia los músculos de la pantorrilla, el muslo o los glúteos. Esta disminución del flujo sanguíneo puede ocasionar claudicación. El dolor asociado con la claudicación se siente al caminar y desaparece en el reposo.
La claudicación puede ser un síntoma de enfermedad arterial sistémica subyacente y se observa más frecuentemente en personas que tienen otras arterias obstruidas, incluso en el corazón y el cerebro. Debido a que la claudicación está asociada a un mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, su presencia requiere evaluación y un posible tratamiento.
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De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones, y la Sangre, aproximadamente 8 a 12 millones de estadounidenses tienen enfermedad arterial periférica (PAD), en particular las personas mayores de 50 años. La Fundación de la Enfermedad Vascular afirma que 5% de los hombres y 2.5% de las mujeres de 60 años de edad y mayores, tienen síntomas de la claudicación intermitente.
La claudicación generalmente se manifiesta al caminar la misma distancia. Con la enfermedad arterial progresiva, la distancia de claudicación inicial (distancia en la que el paciente comienza a sentir dolor al caminar) puede ser más corta o directamente el paciente ya no puede caminar.
¿Cuál es la causa de la claudicación?
La obstrucción de una arteria en las piernas puede causar claudicación intermitente. La aterosclerosis (la formación de placa, un depósito de sustancias grasosas, colesterol, productos de desecho de las células, calcio, y fibrina en la pared interna de una arteria) es la causa más común de la obstrucción de las arterias.
Las obstrucciones en la pierna más comunes se observan en el muslo y detrás de la rodilla, pero también pueden presentarse en otros sitios del cuerpo como la aorta, la ingle o el abdomen. Una persona puede tener más de una obstrucción.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la claudicación?
Como se mencionó anteriormente, la aterosclerosis es la causa más común de obstrucción arterial que puede generar claudicación. Los factores de riesgo de la claudicación son los mismos para la aterosclerosis, y pueden incluir:
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Fumar.
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Diabetes.
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Sobrepeso u obesidad.
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Estilo de vida sedentario.
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Colesterol elevado.
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Presión sanguínea alta.
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Antecedentes familiares de aterosclerosis o claudicación.
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Edad avanzada (55 para los hombres, 60 para las mujeres).
¿Cuáles son los síntomas relacionados con la claudicación?
La claudicación en sí es un síntoma del adelgazamiento o la obstrucción de una arteria. El dolor, una sensación de ardor o de cansancio en las piernas y los glúteos al caminar son síntomas de la claudicación. En algunos casos, se puede percibir con un estetoscopio el sonido de la sangre moviéndose a través de una obstrucción (un sonido de líquido a presión llamado sonido auscultatorio).
La piel del pie o de la pierna puede volverse brillante, sin vello, de aspecto moteado (manchado), o puede ulcerarse. La pierna afectada puede empalidecer al elevarla y enrojecer (ruborizarse) al bajarla. Otros síntomas que pueden presentar las personas con claudicación incluyen pie frío, impotencia ?en los hombres? y dolor en la pierna que surge por la noche cuando se está recostado. El dolor en reposo puede ser un signo de aumento de la gravedad de la enfermedad arterial en las piernas.
Los síntomas relacionados con la claudicación pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Consulte siempre a su médico para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la claudicación?
Además del examen y la historia clínica completa, los procedimientos para diagnosticar la claudicación pueden incluir uno o más de los siguientes:
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Índice tobillo–braquial (ABI). Examen en el que se mide la presión sanguínea en los brazos y en las piernas. El ABI es una comparación de la presión sanguínea del tobillo con la presión sanguínea del brazo, para la cual se utiliza un manguito de presión sanguínea común y una ultrasonografía Doppler. Para determinar el ABI, se divide la presión sanguínea sistólica (el valor más alto de la medición de la presión) del tobillo por la presión sanguínea sistólica del brazo.
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Auscultación. Percepción del sonido de las arterias de las piernas con un estetoscopio para determinar la presencia de algún sonido auscultatorio (ruido).
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Ultrasonografía Doppler. Examen no invasivo que puede representar el flujo sanguíneo. Una sonda Doppler dentro del transductor ultrasónico evalúa la velocidad y la dirección del flujo sanguíneo en los vasos mediante un alto sonido de ondas de alta frecuencia de las células rojas. El transductor eleva las ondas reflejadas y las envía a un amplificador que hace perceptibles las ondas de sonido ultrasónico. La ausencia o debilidad de estos sonidos puede indicar una obstrucción en el flujo sanguíneo.
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Angiograma (también llamada arteriografía). Imagen de rayos X de los vasos sanguíneos para determinar la presencia y la gravedad de la obstrucción. Se realiza para evaluar varios trastornos vasculares, tales como aneurisma (el vaso sanguíneo se agranda en forma de saco), estenosis (estrechamiento de un vaso sanguíneo) u obstrucciones. Este procedimiento consiste en la inserción de una sonda delgada y flexible en una arteria de la pierna, a través de la cual se inyecta una solución de contraste en la arteria. Gracias a la solución de contraste, las arterias y las venas se ven en las imágenes de rayos X.
Tratamiento para la claudicación
El tratamiento específico será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
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Su edad, su estado general de salud y sus antecedentes médicos.
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La gravedad de la enfermedad.
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La localización de la obstrucción.
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Sus signos y síntomas.
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Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
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Sus expectativas para la evolución de la enfermedad.
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Su opinión o preferencia.
La claudicación se trata generalmente con precaución, y el objetivo primario del tratamiento es modificar los factores de riesgo. El tratamiento para la claudicación puede incluir uno o más de los siguientes procedimientos:
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Dejar de fumar.
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Ejercicio, preferentemente un programa de caminata.
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El tratamiento de los problemas médicos relacionados, tales como colesterol alto, hipertensión (presión sanguínea alta) y niveles elevados de azúcar en sangre (intolerancia a la glucosa o diabetes tipo 2). El tratamiento para estos problemas incluye dieta y ejercicio. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos.
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La prevención de coágulos sanguíneos con medicamentos antiplaquetarios, como la aspirina u otros medicamentos.
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Medicamentos tales como pentoxifilina o cilostazol, que pueden mejorar las distancias de caminata en algunos casos.
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Dieta baja en grasas saturadas.
En los casos avanzados con dolor intenso y en los que el flujo sanguíneo está completamente obstruido, tal vez se requiera una angioplastia (se utiliza un catéter para crear una abertura mayor en el vaso e incrementar el flujo sanguíneo), la colocación de un stent (se expande un pequeño espiral dentro de la arteria obstruida para abrir el área obstruida y se deja en ese lugar para mantener la arteria abierta) o una cirugía para abrir la arteria obstruida.
En un escaso porcentaje de casos en los que todos los demás tratamientos no han tenido efecto, puede ser necesaria la amputación del miembro afectado. Los pacientes que fuman o que han desarrollado diabetes están expuestos a un riesgo mayor de que el tratamiento de la claudicación fracase.
Prevención de la claudicación
Debido a que la aterosclerosis que causa la claudicación de las piernas también puede afectar a los vasos sanguíneos del corazón (arterias coronarias) y los vaso sanguíneos que van al cerebro (arterias carótidas), modificando agresivamente los factores de riesgo de aterosclerosis puede prevenir no sólo la claudicación, sino también el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular.
Un plan de prevención para la claudicación puede además utilizarse para prevenir o demorar la evolución de la PAD asociada a la claudicación una vez que ha sido diagnosticada. Consulte a su médico para obtener información sobre diagnóstico y tratamiento.
Las medidas preventivas pueden incluir:
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Tratar la presión arterial alta.
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Disminuir la lipoproteína de baja densidad (LDL, por su sigla en inglés) según lo indicado por el médico.
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Disminuir los triglicéridos (grasas en la sangre).
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Elevar las lipoproteínas de alta densidad (HDL, por su sigla en inglés) según lo indicado por el médico.
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Mantener un peso normal.
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Incrementar la actividad física, especialmente caminar.
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Control de la glucosa de la sangre (azúcar en la sangre) si los niveles de la diabetes ha sido diagnosticado por su médico.
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Dejar de fumar.